Basada en esta diversidad de nuestro modo de pensar y actuar, la metodología Foursight distingue cuatro perfiles principales dentro del ciclo de solución de problemas:
- Clarificadores: – son los que hacen preguntas, lo cuestionan todo, analizan la situación con todos los detalles desde distintos puntos de vista, y no van a empezar a buscar una solución hasta que no lo tengan todo claro.
- Ideadores:– son los visionarios, que siempre están en las nubes pensando en la siguiente gran idea que cambiaría el mundo. Son capaces de proponer inmediatamente cien ideas de posibles soluciones para cualquiera de los retos, les encanta pensar en posibilidades. Pueden establecer conexiones inesperadas fácilmente, un requisito necesario a la hora de buscar soluciones innovadoras.
- Desarrolladores :– a estos les gusta tener los pies en la tierra, que todo sea factible y sólido. Antes de lanzarse a llevar a cabo cualquier idea pensarán bien en todos los factores que puedan influir en su éxito o fracaso. Planificarán todos los pasos con detalle, y no moverán un dedo hasta que no tengan claro cómo pueden hacerlo bien.
- Implementadores : – son los que hacen las cosas. Les gusta ver resultados, al oír una propuesta que les motiva se lanzan inmediatamente a la acción y no paran hasta que no consiguen llevarla a término.
- Los perfiles reflejan nuestras preferencias, no nuestras habilidades. Si alguien prefiere hacer preguntas no significa que no sea capaz de crear ideas originales; y si alguien tiene tendencia a la ideación no significa no sea capaz llevar sus ideas a cabo de manera coherente. Siempre hay un proceso que nos gusta, que nos da energía, y otro que nos cuesta más. En esto consisten las preferencias.
- Normalmente no solemos ser conscientes del origen de las diferencias entre los demás y nosotros, y esperamos que los otros se comporten de la manera que nos parece correcta a nosotros, que normalmente está acorde con nuestras propias preferencias. Y cuando esto no ocurre, nos cabreamos, y echamos todas las culpas del mundo a los demás, o a nosotros mismos, o a ambos.
Pues, cuando no son conscientes de sus diferencias y del valor que aportan de manera individual, normalmente cada uno se suele frustrar con los demás. Los clarificadores se sienten perdidos si no tienen suficientes datos, suficiente información y, por supuesto, saltar inmediatamente a crear ideas, como hacen los ideadores; o ponerse a hacer cosas, como los implementadores, les parece malgastar energías. Los ideadores suelen culpar a los demás por falta de creatividad, les asustan y aburren los datos de los clarificadores, los procedimientos de los desarrolladores y la perseverancia de los implementadores. Los desarrolladores suelen considerar que los ideadores tienen la mente en las nubes, y la impaciencia de los implementadores les parece desesperante. A los implementadores, claro está, les frustra todo lo que frena la acción.
Qué necesita cada uno para cumplir bien su función?
Los clarificadores necesitan datos, datos, datos. Los ideadores necesitan libertad, ausencia de condiciones limitadoras y espacio para jugar. Los desarrolladores necesitan tiempo, tiempo, y más tiempo. Y los implementadores necesitan poder controlar el avance de las cosas, saber que todo está en acción, que nada está parado. Puede parecer difícil reconciliar estas diferentes necesidades entre ellas, pero en realidad lo único que requiere la colaboración eficiente de las personas de diferentes perfiles es ser consciente de las necesidades de cada uno.
A quienes es mejor tener en su equipo para alcanzar el mayor éxito posible?
Pues esta pregunta no tiene una respuesta única. Todo depende de qué función debe cumplir el equipo. Si este grupo de personas se ha reunido para un proyecto a corto plazo y tiene que desempeñar solo un tipo de tareas (por ejemplo: inventar un nuevo producto, o averiguar las causas de un problema) es mejor crear un equipo homogéneo, ya que las personas del mismo perfil congenian mucho mejor. Pero si lo que hay que afrontar es un reto a largo plazo y habrá que pasar por todas las fases del proceso de solución de problemas, un equipo que reúna a personas con diferentes preferencias rendirá más. Al principio les costará adaptarse los unos a los otros, pero a la larga un equipo así conseguirá mejores resultados.